Olaf es el más cañero de los tres. La verdad es que estando a su lado, aburrirte no te aburres. Es muy juguetón, porque aunque es talla XL, no olvidemos que tan solo tiene dos años así que no deja de ser un jovenzuelo.

Con Olaf, además de su socialización con los humanos y sus cachibaches, con lo que por cierto ha avanzado muchísimo y se da sus paseos con correa y todo, hemos también trabajado la protección de recursos. Esta conducta le venía dada por las carencias que tuvo en el pasado. El pobrete creía que todas esas caricias, comida rica, juguetes y camas podían desaparecer en cualquier momento. Pero con respeto, cariño y comprensión, hemos conseguido que se dé cuenta de que todas estas cosas no van a escasear y que no tiene nada que proteger. Paciencia y trabajo respetuoso han sido la clave. Porque además Olaf es un chico listo y un buen alumno.

Podemos decir con muchísima alegría, que Olaf es otro perro... o mejor dicho... que ahora podemos ver al verdadero Olaf. Esa desconfianza y cierta inseguridad para con los humanos y todo lo que les rodea, ha ido desapareciendo. Olaf es un peluche grande y mimoso. Nos recibe muy contento cuando llegamos, nos pide juego, su paseo, caricias. Si por él fuera, estaría todo el día panza arriba para que le rasquemos la tripita, y cuando hayamos acabado de rascarle... ¡a jugar!. Le encantan los peluches, los mordedores y los juegos de olfato, ¡es un crack!, los pilla todos súper rápido. También le encanta las manzanas. Trae una manzana y lo tendrás enamorado de por vida.

En definitiva, Olaf es adorable, y estamos convencidas que será el compi perruno perfecto. Él quiere y necesita seguir conociendo el mundo. Es muy gracioso cuando va descubriendo olores en el paseo o cuando da saltitos de cachorrete para jugar, cuando nos ve merendando y nos pone caritas a ver si le cae algo. Conocer al verdadero Olaf, ese que estaba detrás de esa inseguridad, ha sido una pasada. Olaf es muy amistoso, siempre dispuesto a conocer nuevos humanos. Y ha visto que podemos ser buenos, pero necesita su tiempo para olisquearlos bien. En muy poquito, seguro que ya eres su amigo.

Como buen agerita, también es tiktoker. Abajo te dejo algunos de sus videos. Es muy divertido hacer tiktoks con Olaf. Siempre con amabilidad y respeto. Estamos convencidas que para hacer un video gracioso no todo vale, y que se puede hacer sin molestar a los animales. Todo es echarle imaginación.

Si quieres que este peluche adorable forme parte de tu vida, escríbenos. ¡ADOPTA A OLAF!