Y lo peor de todo, es que ese trabajo es trabajo forzado, esclavo, sin preguntar si quieres hacerlo, sin plantearse tu patrón si te gusta o no, sin remuneración, y sin ningún tipo de reconocimiento. Ni vacaciones. Nada.

Por no tener, en ese trabajo no tienes ni ese momento maravilloso de llegar después a casa, descansar, comer algo, ocio.

Ni siquiera dormir tranquilamente.

En ese trabajo, cuando acabas la jornada, seguramente con alguna herida que nadie te curará, llegas a un lugar que es el reflejo de lo que podríamos llamar “infierno”.

Un lugar oscuro, húmedo, frío, con un mendrugo de pan mohoso, en el mejor de los casos, para comer y un cacharro de agua mugriento, donde rebañar el agua que quedó de la última vez que te lo rellenaron.

Es difícil dormir cuando tu estómago no para de sonar y tu cuerpo te duele de trabajar sin descanso. Y mañana otra vez a madrugar, a que te metan en una furgoneta con otros compañeros, donde casi no cabéis. Y después de la jornada, tu patrón va a llenarse la barriga a un buen restaurante, mientras tú esperas hacinado con tus compañeros en esa misma furgoneta. Pero esta vez, más hambriento y más cansado que ayer. Y así otro día, y otro y otro.

Esa es la vida de la gran mayoría de los perros de caza en este país.

Perros que desde el gobierno, han planteado que no deben ser incluidos en la nueva ley que considera a los perros como seres sintientes (entre otros animales, no todos eh, no vayamos flipar mucho, las buenas noticias con moderación, no nos vayamos a atragantar).

Que los perros son seres sintientes, es así desde que el primer lobo puso su zarpa en la tierra, pero parece que la humanidad ha necesitado siglos para darse cuenta de ello. Nunca es tarde, efectivamente, pero digo yo, que ya que vamos a hacer algo bonito, sin que sirva de precedente, vamos a hacerlo bien, ¿no?

Los podencos, galgos, bracos, pointers, perdigueros, ratoneros, setter, spaniels, terriers… todos ellos son seres inertes para el estado español. Son 4 patas y un madero encima, que no pasan miserias, ni hambre, ni sed, ni miedo, ni frustración, ni estrés, ni alegría… nada.

Son meras herramientas de trabajo para un colectivo que, váyase usted a saber por qué, está demasiado protegido en este país. El de los cazadores.

Y como ya sabemos tod@s, en el momento que una herramienta de trabajo se avería, hay que deshacerse de ella y coger una nueva. 

Estos 3 cachorros de galgo, fueron abandonados en Medina del Campo, Valladolid, en Junio de 2021. Afortunadamente fueron encontrados y llevados a una protectora que se hizo cargo de ellos. Fueron muy afortunados, porque además su calvario duró muy poco. Eran tan solo unos bebés de 2 meses.

https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/provincia/policia-local-medina-20210615120336-nt.html

Sin embargo, no todos corren la misma suerte. Aquí he querido mostrarte el lado más amable de esta tragedia.

Las distintas modalidades y versiones para desechar a un perro de caza en este país, son para que si te las cuento aquí, estés sin dormir al menos un par de noches. Y no he venido yo aquí hoy a amargarte el día.

Lo que sí voy a decirte, es que llegados a este punto, es donde lo peor del ser humano, lo más oscuro, miserable y putrefacto, sale a relucir. Siempre que leo o veo un caso de estos, pienso en la vergüenza que me genera nuestra especie.

¡De qué manera tan cruel tratamos a los animales que conviven con nosotros!

No me quiero extender en esto porque abriría un debate distinto y no me quiero desviar del tema.

Si tienes la suerte, como decía Pau Donés, de haber nacido en la cara buena del mundo, puedes ser un galgo y tener una familia maravillosa que lo dé todo por ti, como les paso a nuestras Laika y Luna. O nuestra preciosa Duquesa, o Loki, Brownie, Baleia, Catire, León, Olivia... Aunque previamente, y hasta llegar al lugar donde están ahora, han tenido que aguantar auténticas barbaridades.

Así que ya veis que no es una cuestión de razas, como ocurre con la absurda ley P.P.P. (perros potencialmente peligrosos), es una cuestión de suerte.

Los perros de caza de España, si no lo impedimos, van a quedar desamparados de todos los derechos que han alcanzado el resto de perros gracias a la lucha incansable de activistas, asociaciones y particulares.

Los cazadores se autodenominan como trabajadores que velan por el bienestar de los ecosistemas y de los montes. ¿Trabajadores? Ellos solitos se lo creen y el entorno se lo permite y en muchos casos se les vitorea.

El pasado 20 de marzo se manifestaron en Madrid pidiendo derechos, esos que quieren que no se les otorguen a sus pobres perros. Para ellos sí, pero para los seres vivos a los que obligan a estar ahí en condiciones miserables, ni agua.

Ellos solos se retratan.

Para que no quede ninguna duda de lo que hay realmente detrás de esta supuesta preocupación por el entorno rural, la España vaciada, las costumbres arraigadas, la sostenibilidad y la protección de los ecosistemas y los montes, desde el Partido Animalista PACMA han sacado este interesante artículo, donde explican detalladamente de dónde vienen todas las absurdeces que salieron ese día de las bocas de esos sujetos.

https://pacma.es/los-autenticos-intereses-detras-de-20m-rural/

Todavía dicen ser pobres víctimas del sistema. Como dice mi amiga Raquel “son otras cabezas”.

Pero esto no acaba aquí, porque la ganadería y la tauromaquia, son otros dos sectores muy queridos y apoyados por nuestro estado. Todos los animales de granja, de ganaderos, y todos los que rodean al mundo taurino, están en las mismas condiciones. Con una gran diferencia, y es que ellos, seres exactamente igual de sintientes que el perro o gato que está ahora mismo tumbado a tus pies, no tienen el apoyo de la sociedad.

Son muchas las personas que me dicen: “es que son comida”. No señor@s. De eso nada. Son seres vivos, que un día nacieron, vieron por primera vez el sol, que aprendieron a andar, que recibieron el amor de su madre hasta que se lo arrebataron y pocos segundos después, alguien lo mató y lo convirtió en comida para los humanos.

Deberíamos pararnos a reflexionar un poco. ¿Es esto realmente lo que queremos ser?

Antes de acabar quería compartir con vosotr@s unas viñetas que hizo hace unos meses, María, la artistaza que hay detrás de la cuenta de @perronalidadpositiva y que me parecieron un buen reflejo de todo lo expuesto.

Dejemos de mirarnos el ombligo, esto no lo inventamos nosotros. Ningún animal está aquí gracias a otro. Los humanos no inventamos el planeta ni los seres vivos que lo componen. Dejémosles en paz. Por favor.

Este animal que es el ser humano, está destruyendo todo lo que ve a su paso, entornos, animales, y el propio planeta.

No creas que me he ido del tema con el que empecé, todo está relacionado.

Porque todo empieza, y todo acaba en el mismo sitio. En el hecho de que el ser humano, se cree con derechos adquiridos para tratar a todos los habitantes del planeta como mejor le convenga.

Y es por eso que nos creemos con la capacidad para decidir quien sí y quien no nace en la cara buena del mundo.

Paz para todos los seres vivos del planeta. Y si tenemos que legislar, legislemos sin discriminar.