No nos hemos vuelto locas, es que en este mundo los desahuciados no son solo los seres humanos. La desgracia de ser desahuciado abarca también a los animales. La perrita de la foto, la que sonríe, la que esta plácidamente acostada en su cama mullida, se
llamaba Sara.
Sara fue una perra con mucha suerte y os voy a contar por qué. Ella fue un deshecho de la caza, pero no precisamente por no saber cazar. No, ya os digo yo que no fue por eso. Su dueño la desahució y la echó a la calle porque tenía algo raro en los ojos y pensó que estaría enferma y no quería gastarse el dinero en ella. La ignorancia es muy mala y resultó que eso tan raro que tenía no era nada, tan solo el tercer parpado y tuvo muy fácil solución.
No tuve ninguna duda de que tras la noticia, lo que tocaba era tratar a mi perra de una enfermedad incurable y a seguir con nuestras vidas exactamente igual que hasta ese momento.
Hasta aquí suena todo muy lógico y muy normal, todos creemos que es lo que haría cualquiera, pero debes saber que esta es una razón habitual de abandono de perros en perreras y de descarte para adoptar. Ocurre también con enfermedades infecciosas en gatos.
La Leishmania, en el caso de Sara, se trataba durante un tiempo con unas inyecciones y una vez controlado el “bicho”, unas pastillas de mantenimiento. Y revisiones 2 veces al año.
Vamos, lo que tiene que hacer alguien hipertenso o diabético. ¿No? Y no por ello consideramos que sean personas a las que haya que desahuciar. Son enfermedades que no son operables y que requieren de un tratamiento, casi siempre de por vida. Puedes hacer cosas para mejorar las analíticas y poco más. ¿Verdad? Pues esto es lo mismo.
Sara, con una buena dieta, cuidados y su tratamiento para la leishmania durante un par de años, consiguió mantener a raya al bicho durante todo el resto de su vida, que fue muy larga para una perra de su tamaño. Murió justamente hoy, día 25 de septiembre hace ya dos años. Fue una perra feliz, vital y con mucha energía. Mucha de hecho.
No me olvido de que hay perritos con Leishmania que no sobreviven a la enfermedad, lo sé, y conocí a alguno, pero debemos tener en cuenta que esta parte trágica, entra dentro de cualquier enfermedad. No todos los cuerpos son iguales, influyen muchos factores, pero lo que quiero dejar claro aquí, es que las enfermedades incurables, no deben ser motivo de desahucio
para los animales.
En AGERAA tenemos algún caso y afortunadamente para ellos hemos encontrado familias a las cuales no les ha importado.
Kiara, Óscar y Kero son tres buenos ejemplos.
Kiara: positivo dudoso en Leishmania. Dudoso porque estaba ahí ahí en el resultado. Ni si, ni no. Pero al no estar claro, decidimos ponerle tratamiento preventivo, y por supuesto, informar a las familias que se interesaban en adoptarla. Algunos de ellos descartaron a Kiara por este motivo.
Ellos se lo perdieron. Ahora Kiarita vive feliz con su familia, con la que disfruta de buenos paseos, siestas y caricias. Kiara es vital, es buena, es cariñosa, es leal. ¿A quién le importa su dudosa leishmania? Hay que ocuparse de ello y nada más. Este veranito fue a la playa y se lo pasó de maravilla.
Kero
: positivo en Inmunodeficiencia Felina. Pues esto que suena tan horroroso no es ni más ni menos que un gato con las defensas bajas, por resumir y no extenderme. Su tratamiento, por llamarlo de alguna manera, consiste en un complejo vitamínico y estar pendiente de cualquier síntoma extraño en el animal, puesto que un resfriado leve puede acabar en neumonía. Pero
con los cuidados necesarios para que no enferme, como lo harías con cualquier otro, puede ser un gato feliz y “normal”.
Óscar: displasia de cadera. El caso de Óscar ha sido algo más complejo puesto que nació ya con esta enfermedad y algunos veterinarios dijeron que no sobreviviría en esas condiciones. Óscar fue operado, y vive feliz y recién adoptado con un tratamiento diario de condroprotectores y sus revisiones anuales. Su familia debe procurar que no coja peso, pero esto es algo que debemos hacer también con los perros que tenga superpoderes.
Por supuesto estas enfermedades no son contagiosas para el humano y los tratamientos no son costosos. Solo es un gasto adicional al que puede tener cualquier perro, pero que queréis que os diga, mi perro, Bach, no tiene ninguna enfermedad y me dejo una pasta en peluches todos los meses. Aquí cada loco con su tema.